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Unidos contra la pobreza


TRABAJO, EMPLEO Y MEDIOS DE SUBSISTENCIA, en detalle:

El paro, el subempleo, los empleos mal remunerados y las dificultades comerciales son las principales causas de la pobreza. El paro y el subempleo pueden deberse a la escasez de puestos de trabajo, pero también a una inadecuación entre los empleos ofrecidos y las calificaciones propuestas. Es más difícil para los que pertenecen a familias desfavorecidas tener un nivel de formación suficiente que les permita encontrar un empleo, trabajar por su cuenta o tener un salario decente. Los analfabetos están doblemente desfavorecidos y para ellos es más difícil saber dónde o cómo buscar una actividad remunerada.

Las personas económicamente frágiles no siempre tienen los medios para desplazarse, lo que limita su capacidad para buscar trabajo. Las personas desfavorecidas, que no disponen de bienes personales, no pueden obtener créditos de las instituciones que los otorgan y por tanto no pueden disponer de los fondos necesarios para poner en marcha una empresa, aún estando suficientemente cualificados. En ciertas sociedades, las mujeres no pueden pedir dinero en préstamo ni poseer nada sin el consentimiento de su marido, padre o hermano. Los ingresos de los productores de materias primas y de los campesinos dependen de las reglas comerciales y de los precios internacionales de las materias primas.


En sólo unos días, los movimientos especulativos de capital pueden destruir décadas de crecimiento económico y de progreso social, sumergiendo en la pobreza a los empleados de las empresas y a los pequeños empresarios recién llegados al mercado. La malnutrición disminuye la productividad de millones de personas en el mundo. En una fracción de segundo, las catástrofes naturales anulan años de esfuerzo y de paciencia necesarios para asegurar medios de subsistencia y pueden ser fatales para quienes carezcan de ahorros. La falta de acceso a la electricidad y a otros recursos necesarios puede representar un obstáculo muy importante para la constitución de una renta.


La burocracia y la falta de adaptación de las leyes pueden poner trabas al espíritu empresarial. La excesiva competitividad generada por la liberalización y la desregulación puede suponer el fin de muchos empresarios pobres y frágiles. El coste del cuidado de los hijos puede disuadir a padres que viven de la ayuda social de aceptar un empleo si éste no está suficientemente bien pagado. Los "asalariados pobres" son una categoría constituida por las personas que ejercen empleos precarios, mal remunerados y de baja productividad. La amplitud y el tipo de crecimiento económico tienen también una influencia en el empleo y en los medios de subsistencia.

La alfabetización, la gratuidad de la educación primaria y superior y de la formación profesional son el pilar de cualquier estrategia que pretenda crear empleos y medios de subsistencia.

El acceso de los pobres a los créditos, el suministro barato de servicios públicos como la electricidad, los programas de nutrición, los sistemas de cuidado de niños gratuitos o poco costosos, así como otros servicios sociales también pueden marcar la diferencia. También se debería crear un marco apropiado, con la instauración de un salario mínimo y el establecimiento de un marco jurídico que fomente el potencial creativo y el espíritu empresarial de la población.


La mejora del estatus de la mujer, la creación de instituciones de regulación de los mercados financieros, así como la negociación de reglas y acuerdos comerciales internacionales creadores de empleo, son también elementos que van en la buena dirección. Hacen falta medidas encaminadas a favorecer un crecimiento económico basado en los miembros más pobres de la sociedad. La puesta en común de experiencias a todos los niveles de la sociedad y entre los países es igualmente esencial, así como la mejora de la cooperación internacional.


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